miércoles, 15 de enero de 2014

Introducción




Ante los cambios en el modelo educativo en el sistema educativo mexicano es importante contribuir con la mejor práctica de quien está formando a los estudiantes para afrontar la sociedad del conocimiento , con herramientas cognitivas y metacognitivas que les permitan afrontar  las exigencias en el entorno laboral y social en el que se desenvuelvan. Esto implica una serie de cambios en la práctica docente, entre los que se encuentran  el del énfasis en conocimientos conceptuales y factuales al desempeño integral ante actividades y problemas, de una visión de adquisición de conocimiento a integrarse a una sociedad del conocimiento, a centrarse en el aprendizaje más que en la enseñanza de los estudiantes; ahora, el reto en la elaboración y utilización de estrategias didácticas radica en lograr como docente, identificar expectativas de los estudiantes, qué han aprendido y qué no han aprendido, cuáles son sus estilos de aprendizaje y cómo ellos pueden involucrarse de forma activa en su propio aprendizaje enfocado a lograr autonomía en ellos (Estévez, Acedo, Bojórquez, et al, 2003; Tobón, 2006 ).
Se  busca que los estudiantes sean protagonistas en su proceso de aprendizaje, a través del desarrollo y fortalecimiento de sus habilidades cognoscitivas y metacognitivas, la capacidad de actuación, así como el conocimiento y regulación de sus procesos afectivos y motivacionales (Tobón, 2006). Proceso, sin duda difícil para una educación que anteriormente no consideraba dichas cuestiones como responsabilidad a desarrollar dentro de un aula en cualquier nivel educativo, modelos tradicionales donde el estudiante se mantenía pasivo, esperando a recibir la cátedra del profesor, quien a su vez debía transmitir sus conocimientos.

El docente ha pasado de un rol de “profesor” a “facilitador” implicando un cambio en sus funciones y habilidades de acuerdo a los lineamientos del modelo educativo por competencias . Sin embargo, se ha encontrado una serie de problemáticas ante el cambio de modelo como: diferencias entre la planeación y lo que se aplica en el aula, la falta de utilización de estrategias de enseñanza y aprendizaje requeridas para generar el conocimiento y las competencias, faltas de herramientas de evaluación y ejercer su papel de mediador acorde a determinado modelo (Albarrán, 2009).  
Existen diversas  estrategias enfocadas a lograr los objetivos planteados por el nuevo modelo en competencias, Rodríguez (2007) sugiere algunas como son: el método de proyectos, ensayos, elaboración de artículos, estudios de casos, método de preguntas, paneles, aprendizaje basado en problemas, informes de lectura, debates, entre otras. Sin embargo, no basta con aplicar las estrategias al grupo de alumnos, es importante centrarse en la visión que se le da a las actividades, para contribuir a consolidar el enfoque del modelo educativo por competencias . “Este tipo de estrategias se debe implementar en la práctica de la investigación materializada en métodos específicos como aprendizaje basado en problemas, el método de casos, la investigación acción educativa, preseminario investigativo, entre otros” (Restrepo, 1998 ; según Cardona, 2004:44)   

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